martes, 21 de noviembre de 2017

Dibujando a El Giotto di Bondone

Tiza pastel sobre papel negro

Han pasado 37 años desde que realicé este estudio in situ de esta escultura, que está en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile. Representa a Giotto, pintor florentino, dibujando sobre la tierra. Cuando la dibujé tenía su mano derecha intacta, la que sostenía una rama a modo de lápiz. ¿Quién se atrevió a romperla, eh?

"El Giotto", antes de la restauración.


La escultura El Giotto de 136 cm de alto, fue realizada en mármol hacia el año 1888 por Carlos Lagarrigue Alessandri (1858-1928) mientras cursaba estudios en la Escuela de Artes Decorativas de París, Francia. El artista residió también en Italia donde fue alumno de Julio Monteverde, maestro de Rebeca Matte. La obra recibió una distinción honrosa en el Salón de París de 1888. En 1891 fue adquirida por la comisión de Bellas Artes de Chile.
La figura de un niño pastor desnudo, dibujando con una varilla, describe una narración de Vasari, sobre la infancia de il Giotto di Bondone, el artista florentino que pintó la basílica de San Fransisco de Asis, considerada la cuna de la pintura italiana.
La historia cuenta que el pintor Cimabue, paseando por el campo, habría descubierto el talento del joven pastor, quien dibujaba a sus ovejas sobre el suelo, Cimabue decidió entonces poner bajo su protección e instruir a quien se convertiría en su fiel y más importante discípulo.


Según informa en MNBA el trabajo de restauración se realizó en 2008.

Algunas imágenes ponen en evidencia los años en que la escultura sufrió primero la pérdida del dedo pulgar y luego el índice de la mano que sostenía la varilla de bronce, pieza que desde entonces había permanecido en los depósitos del museo. El trabajo de restauración de la escultura El Giotto se realizó en 2008 dentro de la programación del proyecto patrimonial del Centro Nacional de Conservación y Restauración. El tratamiento consistió en una limpieza de la superficie del mármol y la reincorporación del dedo índice faltante que fue tallado en el mismo material. Una restauración anterior en que se había moldeado el dedo pulgar, permitió instalar nuevamente la varilla, que ha devuelto a la escultura su sentido original.





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