Alberto Durero.
El lado oscuro del deseo sexual es la marca de presentación de la nueva exposición del Museo Thyseen y la Fundación Caja Madrid, “Lágrimas de Eros”. Un total de 119 obras de todos los estilos y épocas han sido reunidos con un claro objetivo: visualizar todas las formas posibles de erotismo a través de la pintura, la escultura y la fotografía.
Provocación en la concepción y naturalidad en la puesta en escena. Así se presenta la nueva exposición del Museo Thyssen, Lágrimas de Eros: una colección de pinturas, esculturas y fotografías que vienen a aportar un soplo de aire fresco a las propuestas de otoño. La cultura sexual parte como engranaje de una exposición en la que han sido reunidas 119 obras procedentes de la colección permanente del Thyssen, de museos nacionales como el Prado e internacionales como la Tate Gallery, el Metropolitan Museum o el Musée d´Orsay.
El Renacimiento, el simbolismo o el surrealismo están presentes, como también el arte del siglo XIX, que cobra especial protagonismo, ya que, según Guillermo Solana, director artístico del Thyssen y comisario de la exposición, “fue en este periodo cuando se consagraron las interpretaciones eróticas y perversas”.
Rachel Weisz –fotografiada por James White en 2004.
A juicio de Solana, la exposición viene a poner en conjunto una serie de historias y figuras míticas “fácilmente reconocibles por el público”. El propósito de la exposición, según ha comentado, era mostrar “cómo los mitos de siempre siguen hablando a los artistas”, así como -ha dicho esperanzado- “al público que la visite”.
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