sábado, 26 de julio de 2014

Javier Arizabalo: La modelo y su pintor


La modelo siempre está en actitud de posar.


Tengo un afecto especial por la obra de este pintor. Hace varios años, en el primer acceso que tuve a Internet, conocí una de sus pinturas, la que “copie y pegue” como corresponde a un cabal pirata cibernauta. Es el artículo primero de  la ley anti-sopa: “Apropiarse de los objetos que producen felicidad”. 
Pasaron los años y se me hicieron familiares los bellos cuerpos y escenas que representaba. Algo me recordaba a El Caravaggio pero sabía que era un pintor realista contemporáneo y que siempre aparecía en algún blog amigo. Por fin pude contactarlo a través de facebook y acordar una entrevista. Esta red social es otra maravilla del ingenio humano y que nos ha permitido dialogar y saber un poco más de los artistas que admiramos.

Por Rubén Reveco, licenciado en Artes Plásticas
 

En cada pintura, la postura del cuerpo insinúa una diagonal que atraviesa la tela.

Después de la entrevista, publico una crítica que pretende clarificar ciertos conceptos sobre lo qué es o no hiperrealismo, palabra muy usada cuando se escribe sobre este pintor.
Javier Arizabalo nació en San Juan de Luz, Francia, en 1965. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco en la especialidad de grabado en 1988. Actualmente reside en Irun, al norte de España.

Tienen un fuerte claroscuro que ilumina preferentemente ciertas zonas.

La entrevista                                                                                                                                     

-¿Qué importancia le da a Internet en la difusión de tu obra?
Internet como herramienta de comunicación no se soñaba hace pocos lustros. Ahora permite difundir información, aunque no sea contrastada. Es un medio por el que se pueden ver obras, aunque sea, por supuesto, mejor verlas en directo. Puede abrir caminos. Puede, también, ser un medio para crearse una imagen no real de sí mismo, recibir alabanzas o críticas por cualquier persona, de tal modo que hay que pisar siempre sobre lo que se hace.
-¿Dónde estudió arte?
Estudié arte con pintores y dibujantes de mi comarca, en la facultad, por el esfuerzo y la visión del modo de trabajo de otros.

Son desnudos pudorosos, cubiertos y tímidos.

-¿Considera que las actuales escuelas de arte enseñan de un modo académico?
Se aprenden técnicas y habilidades de muchas maneras y con multitud de personas. Yo he tenido la suerte de formarme con personas generalmente sinceras en un aspecto del arte. Llámese academia o de otra manera, es necesario hacer un recorrido desde muy joven y bien programado si uno quiere sobresalir, como en cualquier modo de pensamiento-habilidad-acción. No es posible generalizar todas las escuelas y academias e incluso para enseñar hay que dedicarse casi en exclusiva a ello y programar bien los contenidos, que pueden ser actuales y no como si estudiáramos en el siglo XIX. Es difícil encontrar buenos profesionales, como lo es en cualquier oficio.

Los fondos siempre son oscuros, pero insinúan un delicado degradé.

-¿Cuándo y cómo decidió ser un pintor realista?
Uno aprende a través de unos modelos y métodos, los ajustas a tus capacidades mientras las desarrollas, es un feedback. Yo aprendí lo que me enseñaron y cuando tuve oportunidad de aprender alguna otra cosa lo hice, aunque sin despreciar las habilidades que había adquirido.
En mi caso hay un culto a lo "real" en el que a veces puede haber una "competición" en cuanto a percepción y realización, aunque hay un impulso desde la niñez por atrapar lo que se desea o real-izar lo imaginario.

Los paños son de color verde o rojo.

-¿Qué le aconsejaría a los jóvenes que quieren estudiar pintura?
Lo que sería deseable es que a uno lo eduquen en la libertad de decidir. Seguir patrones está bien, pero también desprenderse de ellos, somos una especie fabricante con un abanico entre la repetición de un modelo hasta la creación de algo nuevo, con distinta forma o en otros parámetros culturales. Un joven debe descubrir su camino, no tenerlo fijado, hay que enseñar a hacerse preguntas.
-Alguna opinión sobre las manifestaciones de arte contemporáneo. Arte conceptual, instalaciones, etc.?
Como entre los panaderos, hay quien hace los panes mejor que otros, y si miramos atrás había más conciencia de lo que era un pan. Ahora al pan se le mete levadura, no se hace íntegro, es industrializado y provoca una alimentación deficiente y desequilibrada. ¿Arte contemporáneo? ¿qué invento de palabra es esa?, ¿instalaciones? el mundo es una instalación...

La modelo representada en todos los casos se trata de la misma persona.

-Trabaja con modelo en vivo o con fotografía?
Dentro del entorno en que me muevo trabajo con fotografía, Sólo he podido y me he dejado trabajar en real o cuando estaba aprendiendo o cuando no soy esclavo de la "organización" social, que en definitiva es lo mismo, cuando no confundo el trabajo con el arte, soy consciente y se permite: muy pocas veces.
-¿Algún artista que ha influido en su carrera
Me han seducido más obras que artistas. Obras de Velázquez, Sargent, Hopper o Van Gogh, en momentos precisos en los que ves la maestría de manejar la materia plástica y el "saber".

Casi siempre su rostro está de perfil.

Realismo vs hiperrealismo                                                                     
Cuando se descubre a un buen pintor realista enseguida se lo cataloga como hiperrealista. Muchas veces por desconocer lo que significa esa corriente estética. El hiperrealismo es el estilo pictórico que más ha impactado desde 1970. El espectador se maravilla ante el despliegue técnico, el virtuosismo y la capacidad de trabajo, pero el hiperrealismo en términos conceptuales no es un cuerpo bonito pintado de un modo casi fotográfico. 

La modelo está iluminada de un modo artificial.

El verdadero pintor o dibujante hiperrealista nunca compone. Elige determinados objetos pero nunca los organiza “armoniosamente”. Nunca está preocupado de la incidencia de la luz sobre ellos, como si fuese su director de fotografía. Nunca tiene en cuenta el equilibrio de los objetos en el plano, la armonía de las partes, ni la belleza de los protagonistas (si los tuviesen).
Su vista registra -como si fuese un obturador de una cámara fotográfica- un lugar y un momento al azar. No se dice: “voy a pintar esto porque es lindo y me gusta”. No organiza sobre la tela escenas con modelos jóvenes y bellas como si estuviera haciendo un bodegón con frutas jugosas que incitan a ser devoradas.
¿En la hiperrealidad qué papel juegan la belleza y la fealdad? Si pasan por ahí, bien, pero no se las busca. El pintor hiper no busca hacer objetos bonitos ni caer en lo grotesco y provocador. Representa lo que existe desprovisto de toda emoción.

En la mayoría de los casos, la figura está a una distancia estándar del espectador.

Arizabalo es un pintor realista que como propósito tiene la necesidad de crear una realidad mejor. Elige una modelo bella y de cuerpo perfecto y la hace posar por lo general sentada en un interior. La ilumina de un modo artificial, desde un costado. Los fondos son planos y oscuros. Reitera esta escena desde diferentes puntos de vista. Es un objeto unipersonal acompañado de un paño y nada más. Es como la fórmula del éxito; es como la canción linda; el hits que determina el resto de la obra. Podríamos decir que este pintor se copia a sí mismo.
Pero esto no está mal. Al contrario, en un mundo de confusión su obra es una imagen clara que trae certeza y reposo. Es cierto que no es la realidad sino que un ideal de realidad, pero no importa. Es lo que nos gusta; es lo que buscamos. La palabra esperanzadora de un poema o el acorde agradable de una canción. Es lo que siempre tiene que ver con la belleza para nuestras vidas, con la esperanza de concretar sueños. Es la realidad soñada enfrentada a la hiperrealidad existencial. ¿Quién ganará? En Javier Arizabalo tenemos un gran aliado.

El artista

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