Javier Arizabalo es un amigo de la casa. Sus esculturales desnudos, casi atléticos, nos vienen maravillando desde hace rato. Este, en especial, no tiene nada que lo saque de la armonía cromática (marrones, sepias, ocres, blancos). Sin paños verdes y rojos, típicos de una serie que lo hizo conocido en todo el mundo
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