Discípulo del artista fallecido en 2011, el chileno Ricardo Maffei heredó la técnica, pero no los temas. Hasta el 9 de febrero expone en Nueva York bodegones hechos en pastel sobre papel.
Por Denisse Espinoza (diario La Tercera, de Chile)
Ser aburrido es algo que preocupa al pintor Ricardo Maffei (58) y lo repite varias veces en esta entrevista. El peligro de serlo, sin embargo, es inminente cuando se está acostumbrado a pintar, como si fueran fotos, bodegones con elementos tan insulsos como un trozo de cemento o un vaso de agua. Maffei combate el aburrimiento con esmero, por eso puede demorar hasta dos días en armar una escena antes de pintarla. “Ocupo sólo dos o tres elementos para no saturar el cuadro, pero si estos no los colocas bien pueden resultar muy aburrido”, dice.
Aunque, tal
dificultad es más bien una opción: hace varios años que el artista
desterró la belleza tradicional de sus pinturas. “Podría pintar un
florero o unas telas finas, pero me parece fácil y aburrido. Son los
elementos simples que pasan inadvertidos a las personas los que me
interesan. Lograr extraer belleza de eso, a través del soporte, es mi
desafío”, dice Maffei.
El artista.
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