Dario Mastrosimone nació en Buenos Aires en 1964, estudio en la Escuela Nacional de Profesorado Mariano Acosta, donde descubrió su pasión por el arte. Sin embargo, influenciado por sus padres, cursó en la Facultad de Ciencias Económicas donde se recibió de Contador Público Nacional.
"Pero nunca puede dejar mi vieja pasión por la pintura", expresa. Su obra es un fresco y estimulante retorno a la naturaleza.
Pintores neuquinos
A
pesar de haber concretado la primera
mitad de su vida como un profesional en Ciencias Económicas, decidió retomar sus estudios de pintura. En un principio con el
reconocido acuarelista Daniel Salaverría, más tarde estudió con Natalio
Galluzzi, pero Georg Miciu es el que lo motivó en el uso de la espátula y el
manejo de la luz.
Es ahí cuando tomó la difícil decisión de dejar la profesión de contador y dedicarse de lleno a la pintura.
En enero de 2008 dejó atrás Buenos Aires y se radicó en San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, desde donde comenzó una nueva vida junto a su familia dedicándose exclusivamente a la pintura, "rodeado del paisaje que Dios nos regala como inspiración para mis obras."
Es ahí cuando tomó la difícil decisión de dejar la profesión de contador y dedicarse de lleno a la pintura.
En enero de 2008 dejó atrás Buenos Aires y se radicó en San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, desde donde comenzó una nueva vida junto a su familia dedicándose exclusivamente a la pintura, "rodeado del paisaje que Dios nos regala como inspiración para mis obras."
-¿Se define como un pintor realista?
-Sinceramente en principio me siento
como pintor impresionista en cierta forma agiornado.
Si intento hilar fino, el realismo es
un movimiento pictórico que comenzó en Francia a mediados del siglo XIX como
respuesta al clasicismo y al romanticismo, algunos de sus exponentes fueron
Millet y Manet. A posteriori aparece el impresionismo. Si el primero quiere
representar la realidad desprovista del idealismo imaginado y deber ser de las
cosas que pedía el clasicismo, el impresionismo busca captar esencialmente la
impresión de un instante, centrándose en la luz.
Ambos tienen muchísimos elementos en
común, tal vez el más importante sea dejar de lado la imaginación, el
idealismo, las normas y creaciones personales para dar paso a la realidad como
se percibe.
Se que personalmente ese cambio
pictórico, del clasicismo al impresionismo, o sea del deber ser de las cosas
regidas por normas al aceptar las cosas tal cual son o como se perciben es uno de los elementos que en mi vida personal
incita el gusto por el impresionismo. Hago un paralelismo entre dejar de ser
contador lo que estaba formalmente bien visto y aceptar mi esencia y
sensibilidad de pintor, lo que hay.
Vuelvo al tema, pero si tomamos al
realismo como movimiento artístico general, como pintura figurativa, obviamente
el impresionismo esta dentro de este realismo ya que apunta a lo real, lo
visible, lo perceptible, sin dejar por un segundo la sensibilidad del
artista.
-¿Qué influencia reconoce?
-Es innegable la influencia de los
primeros impresionista, como Monet, Degas o Renoir por el manejo de la luz, esa
necesidad de plasmar el instante, con trazos cortos, cargados,
buscando la síntesis.
Si vamos a los temas el referente
argentino indiscutible es Fernando Fader, siempre intentando condensar la
esencia de nuestro país en el hombre de campo, las tareas rurales y el paisaje.
Si vamos a la técnica, el uso constante
de colores complementarios en las obras también es de la escuela de aquella
época, Gauguin y Fader (por nombrar un par) han utilizado mucho esta forma de
pintar con colores complementarios yuxtapuestos.
Si vamos a la influencia en nuestros
días, el uso de la espátula se lo debo a Georg Miciu. La espátula la entiendo
como una herramienta mas expresiva que el pincel, te permite definiciones mas
rápidas y una textura mas limpia y brillante.
-¿El entorno parece esencial en su obra?
-El entorno me parece esencial como
disparador de emociones… Quiero decir, soy un convencido que uno pinta excusas
para expresar lo que uno lleva dentro,
Uno no pinta la montaña, un árbol o un
caballo por si, sino en lo que representa dentro tuyo buscando belleza, o paz,
tristezas o alegría, angustia o soledad. En el entorno, en el paisaje uno
encuentra esa creación tan enorme que nos regala Dios cada día y te obliga a
enfrentarte a vos mismo, tus limitaciones y miserias y es allí donde el mandato
del Creador te obliga a recrear lo que ves, como necesidad propia de aportar
algo a lo ya imponente y perfecto.
-¿Cree que el realismo o naturalismo ha ganado un nuevo impulso?
-A ver, me explayo un poquito a ver si con esto te respondo a tu pregunta…
Leyendo un filosofo español, Laporta.
El decía, y yo hago propio, que para que una obra sea considerada arte, debe
tener cuatro elementos que tensen entre si como estacas que mantienen tirante
algo. Estos son, originalidad, profesionalismo, creatividad y autenticidad. Los
explico muy brevemente, que sea original en cuanto a diferenciarse de otros
como única y distinta, este punto tensa sobre el profesionalismo ya que este se
refiere al oficio al conocimiento para hacer algo bien hecho y muchas veces es
difícil que entre estos dos elementos haya un equilibrio sin caer en demasiado
oficio que no deja ver el espíritu y personalidad, o por la búsqueda de ser
demasiado original y distinto, caes en lo rudimentario (por decirlo de alguna
forma). Por otro lado esta la creatividad que implica que tiene que surgir de
tu interior creativo y la autenticidad que impide que uno se haya dejado llevar
por modas, mandatos, fines comerciales etc. haciendo que esa obra sea creíble,
autentica, fiel a uno mismo.
Hoy por hoy es muy difícil, repito muy difícil encontrar estos elementos en el arte, y precisamente por eso no puedo discernir si un movimiento ha encontrado o no un nuevo impulso.
Lo que sin duda te puedo asegurar es
que esos elementos que forman una verdadera obra de arte los encuentro en unos
pocos “nuevos” pintores que retoman los
elementos de la pintura realista, clásica, naturalista o como quieras llamarla
y les dan una vuelta volviéndolos actuales, reinventándolos. Trayendo verdadero
aire puro y fresco a lo que muchos
galeristas te quieren hacer creer que es al arte actual.
Solo por nombrarte algunos que así
considero, Celma, Dayer, Rosemberg, son artistas jóvenes figurativos que con
una gran profesionalidad no dejan de lado su personalidad, discurso y
autenticidad, marcando por eso un camino, un nuevo impulso como mencionas.
Ahora, por que veo esto en estos
artistas de escuela “clásica” por así decirlo y no lo veo en las nuevas
vanguardias.
(Ojo, todo esto hablándolo con
humildad, desde la subjetividad desde donde estoy parado hoy y con muchísimo
respeto a colegas que se que trabajan a conciencia.)
Los otros días mantuve una muy cortita
charla con unos de los curadores de la Bienal de Venecia, en donde trataba de
desasnarme sobre el concepto de arte contemporáneo. El me decía que el arte
contemporáneo no es como el arte moderno que intenta romper con todo lo que sea
clásico, sino que intenta plasmar la contemporaneidad del artista, o sea lo que
se vive en la sociedad hoy. En el dialogo surge que gran parte de la sociedad
hoy es consumista, impersonal, improvisada, superficial, lo que hoy esta de
moda mañana es un deshecho, vacío de valores, imponiendo imagines faltas de
contenido…
Y el arte siempre debe tener la obligación de plasmar lo que la sociedad es, por eso inevitablemente hay una parte del arte actual que es consumista, impersonal, improvisada, superficial, lo que hoy esta de moda mañana es un deshecho, vacío de valores, imponiendo imagines faltas de contenido…
Lo reitero, no digo que todo el arte
hoy es así, si digo que hay una gran confusión. Muchas veces se considera arte
a una buena idea o a algo original, o a una necesidad de expresarse, y eso no
alcanza para que sea una obra de arte…
El artista.
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