lunes, 14 de julio de 2014

Hu Ming: De China con amor



Hoy es uno de esos días en que otros dicen mejor lo que uno pretende con esfuerzo expresar. Por lo tanto, poco para agregar de Hu Ming (idola total). Los dejo con la palabra de Enkil y a uno de sus lúcidos comentaristas (Carlos) opinando sobre arte, sensualidad y erotismo. (Si vamos a pedir prestado, pidamos todo de una sola vez).


Intro de Enkil (resumida)

Hu Ming nació en Pekin en 1955. Sus padres eran médicos del Ejercito, y querían que su hija fuese cirujana, pero ella solo quería pintar. Mientras estaba en secundaria, la Revolución Cultural china estaba en pleno apogeo. Su maestra sabía que a Hu Ming le gustaba dibujar, así que la dejo dibujar el retrato de Mao. El temor de su madre a que los retratos no fuesen lo suficientemente buenos y que pudiesen acabar en la cárcel, hizo que potenciase el aprendizaje de su hija por el dibujo y la pintura.
La obra de Hu Ming expresa un culto a la forma femenina. Sus pinturas tienen una gran carga sensual y erótica, representan tanto la fuerza física como la belleza femenina. Sus mujeres están cómodas con la sensualidad de sus cuerpos, ya sea representando jóvenes trabajadoras campesinas o soldados.


Hu Ming y el lado erótico del Ejército Rojo.

Comentario de Carlos

“Que gran aporte Enkil al introducirnos al mundo de esta artista china, Hu Ming, que presenta testimonio de una época crucial de la historia China y universal. Cada artista es un reflejo del mundo que le toca vivir. Cada época en el arte registra los avances y/o retrocesos de la sociedad en la que se produce. Siempre me pregunté cosas respecto a la opinión de los comités centrales sobre la vida íntima de las personas. Ellos regulan la política y la economía pero no pueden regular la excitación o las erecciones. El caso me parece similar a la hipocresía de las escuelas en la mayor parte del mundo: ¿al colegio entra solo la mente? Qué sucede con las tetas, los penes y testiculos, las nalgas apetecibles? ¿A dónde van mientras recibimos clases? al país de la hipocresía, tal vez?…podemos revolucionar las formas de producción para humanizarlas, pero en el camino, hasta el momento, las libertades personales han sido, por decirlo de un modo suave,recortadas. Pero siempre la pasión por la carne reaparece, el baile ancestral, el movimiento de caderas, el gusto por el cuerpo y todo lo que contiene la sensualidad humana. Nuestro principal órgano sexual es el cerebro y es con su expresividad fantástica que nuestras hormonas en ebullición hacen aparecer la belleza en el Arte. 



Claro que el arte es mucho más que sensualidad, pero, cuando esa sensualidad es proscrita con leyes imbéciles, ella se vuelve el vehículo para que el grito libertario se manifieste. Nada tan carente de sensualidad como un uniforme: eso que nos hace iguales e indiferenciables. Que el cuerpo reclame su papel en la vida es apenas lógico cuando su belleza ha sido deliberadamente oculta por hábitos, uniformes, disfraces siniestros. El arte de Hu Ming es un poderoso reclamo por la sensibilidad. Sus sensuales mujeres rebozan alegría. Encuentran plenitud en la desnudez de sus partes más eróticas.El reclamo humanista implícito en sus pinturas es más valioso cuando pensamos que surgió de una época y un medio hostiles a la manifestación de la belleza sexual. El arte es de momentos y las circunstancias que rodean su aparición lo hacen más o menos grande. La obra de Hu Ming refleja amor por la vida, exhuberancia y una sensualidad que pareciera increíble en un medio tan árido como el ejército, la máquina de matar, el gran gusano sin mente, donde los uniformes y las órdenes reemplazan al libre albedrío. Que bueno conocer a esta artista. Tu página realiza una obra notable amigo Enkil. Enhorabuena!”




“Genetically Modified Food”, de Hu Ming

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