jueves, 12 de febrero de 2015

Esto lo podría hacer un niño



Cuántas veces habrán tenido que soportar los artistas por lo bajo: "Esto lo podría hacer un niño" o "Mi sobrino de dos años pinta mejor". Este no es un espacio que reivindique el arte abstracto, pero encontré un artículo que tiene la pretensión de defender esta importante manifestación del siglo XX y explicar el desdén de un gran porcentaje de espectadores por la abstracción en la pintura o por el llamado "arte contemporáneo". 
¿Por qué en pleno siglo XXI sigue sumando tanto rechazo y qué podemos hacer para que se comprenda y se tolere. "Que se defiendan ellos" expresarán ustedes. Bueno, no es para tanto,  encontré este artículo que reproduzco... Está simple pero bueno.

Entre las paredes de un museo de arte contemporáneo, de cualquier ciudad del mundo, los murmullos qué más podemos escuchar son “Esto lo podría hacer un niño”, “¿Ésta chorrada es arte?” Incluso antes de estudiar la carrera para mí era una estética incomprensible, rara y patética.
Le di una oportunidad y después lo comprendí todo, sobra decir que el entusiasmo que le pusieron mis profesores lo hicieron mucho más fácil. Aún hoy en día hay muchas cosas que se me escapan, pero la pequeña base que poseo consigue hacerme disfrutar o por lo menos entretenerme en la búsqueda de su significado. Por supuesto con esto no digo que todo lo que esté expuesto en un museo sea arte, porque muchos artistas y críticos se benefician de ello y de verdad que a veces podemos ver auténticas tonterías.
Cuando nos exponemos ante una obra de estas características debemos de hacernos varias preguntas ¿Quién lo pintó?, ¿Cuál es su contexto? Con esto podemos adentrarnos un poquito más en la obra, en la psicología del artista, en su sociedad y descubriremos el porqué lo ha hecho así.  Y lo más importante y lo que más nos vamos a encontrar… todos los artistas se rebelan contra los anteriores.


Al fauvismo se la considera la primera vanguardia, por lo tanto el primer arte incomprendido. Surge en Francia entre los años 1905 a 1907. París se va a convertir en la ciudad del arte y la cultura general de Europa. Los artistas exponían en los salones oficiales, pero algunos artistas empezaron a sentirse incómodos con el jurado de gustos muy ligados al espíritu de la Academia. Por lo tanto surge un primer rechazo. La belleza realista e idílica se transforma en manchas de colores primarios extendidos desde el tubo y apenas mezclados como vemos en esta pintura de Matisse. El color no está asociado a la forma sino al sentimiento, a lo subjetivo. Todo está calculado meticulosamente, no se juega al azar con la paleta los colores confluyen armoniosamente.



Continuamos con el cubismo, aquí el dibujo hace la forma, no el color a diferencia de los anteriores. Seguimos en el metropolitano París, a la par con el fauvismo. La figura geométrica constituye la esencia del dibujo, reduciendo el color a ocres, grises, verdes y algún rojo. Miles de puntos de vista hacen nos ofrece la posibilidad de ver un objeto desde todas sus partes en tiempo real. Picasso dijo:Yo no pinto los objetos como los veo sino como los pienso.
Esta frase nos muestra a un artista que pasó por un aprendizaje académico pero dejó atrás lo superfluo para llegar a la esencia y encontró un estilo propio.
Años más tarde, en las vanguardias rusas, el suprematismo cobra fuerza con la figura de Malevich y sobre todo el más conocido cuadrado negro sobre fondo blanco. Se trata de la búsqueda de la creación pictórica pura a base del empleo de formas geométricas que es la máxima expresión con los mínimos recursos, todo el mundo y su ideal está concentrado ahí. Emplea un lenguaje no objetivo, no vemos figuraciones ni paisajes. Un arte abstracto muy diferente al de Kandinsky que se trata de una abstracción lírica. Es pura porque está vacía de contenido, de simbolismo, de representación de emociones. Se dijo que
“El arte no debe de estar al servicio de la religión ni del estado, no quiere seguir ilustrando la historia de las costumbres, no quiere saber del objeto como tal…”
La calidad pictórica puede ser nefasta pero la cantidad de no-significado es lo que de verdad impresiona, en una época de vacío existencial cuando la revolución soviética está en las calles. El blanco es la nada, la idea de  infinito que conlleva al vacío mientras que el negro es el “falso” icono.
Creo que estos ejemplos no los podría haber hecho un niño, pero también pienso que esta expresión no es algo negativo, ya que los niños tienen una mirada muy honesta hacia la belleza que les rodea. Y estos artistas son niños en cuerpos de adultos, además Picasso siempre dijo que le gustaría volver a pintar como lo hacía de niño. (FUENTE) 



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