Entrevista del diario La Nación, de Argentina, al gran artista Guillermo Roux.
Charla íntima con el gran artista plástico que, a los 85 y después de unos años de quietud, hoy se muestra muy activo, libre, hilarante, dibujando con colores a toda orquesta.
Charla íntima con el gran artista plástico que, a los 85 y después de unos años de quietud, hoy se muestra muy activo, libre, hilarante, dibujando con colores a toda orquesta.
-¿Cómo ve el arte actual?
-Arte es una palabra que me
fastidia mucho últimamente. ¡Está tan usada! Parece que todo es arte. En
esa jungla de equívocos no sabemos a estas alturas qué es arte. Hay
muchas manifestaciones más o menos ingeniosas... sorprendentes. Pero,
como en todos los tiempos, hay quien tiene más o menos capacidad. La
gran mayoría, y voy a usar una palabra rara, son académicos de la
manera esa. La repiten. Porque la Academia no es solamente dibujar un
desnudo, una fruta, una flor, sino que es repetir una imagen o un gesto
sin sentido porque sabemos que ese gesto es lo que se hace. Se puede
pintar una naturaleza muerta y no ser académico. Depende de quién lo
haga. Esto tiene que ver con la sociedad, que engendra el fruto que le
corresponde. Simboliza su sentir. Creo que hay una falta de sentido de
trascendencia, que vacía las cosas de contenido. Vivimos en una sociedad
de consumo que prioriza el dinero. Por eso, más valdría exhibir dinero,
que sería la expresión justa de nuestro momento.
-De hecho, en el último ArteBA fueron sensación unas bolas de cristal con un millón de dólares picado adentro.
-Eso es lo que es. Por eso, a mí no me gusta la palabra arte. Prefiero llamar a lo mío trabajos.
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