Michael Parkes es uno de esos artistas que tiene la versatilidad de ofrecer en cada obra una historia irrepetible. Pero no sólo la historia es única, sino que es contada de un modo diferente.
Son
obras que salen de un mismo pincel pero -por composición, protagonismo y
argumento- nunca se repiten.
Muchos “grandes del siglo XX" sólo realizaban un cambio de piezas pero el discurso plástico era pronunciado con las mismas palabras y terminaba aburriendo.
Por Rubén Reveco, licenciado en Artes Plásticas
Muchos “grandes del siglo XX" sólo realizaban un cambio de piezas pero el discurso plástico era pronunciado con las mismas palabras y terminaba aburriendo.
Por Rubén Reveco, licenciado en Artes Plásticas
Michael Parkes no se copia a sí mismo porque cada pintura es un universo a descubrir. El espectador es invitado a ser parte de esa fantasía propia de un sueño agradable, en el cual el actor principal siempre es una mujer, joven y bella.
Esa posibilidad de opciones y combinaciones es estimulante para el que mira, pero tiene sus riesgos ya que el conjunto de la obra puede ser dispareja, cosa que no sucede es este caso. "Jugársela" como lo hace Michael Parkes habla de un rico universo interior y de mil y una historias que contar. Como lo hacía Scheherezade.
El hippie y el pintor
Parkes nació en Missouri, Estados Unidos, en 1944. Es un reconocido pintor, escultor y litógrafo conocido como el Mago del Realismo. Estudió artes gráficas y dibujo en la universidad de Kansas. Su estilo único evolucionó de forma aislada después de un periodo en que abandonó del todo la practica del arte y se fue a la India en busca de iluminación filosófica. Esta considerado como un miembro de la generación hippie. Al principio, pintaba principalmente expresionismo abstracto, el estilo común entre sus maestros, pero después de su pausa para la reflexión empezará a dibujar y pintar en un estilo meticuloso y detallado que le permite dar plena expresión a su mundo interior con sus imágenes.
Este artista estadounidense nos
recuerda a "los clásicos", un poco de Renacimiento por aquí, otro poco
de Neoclasicismo... Incluso podemos acordanos de Klimt en alguna de sus
obras. El resultado es otro mundo fantástico a veces tan surrealista
como el de Dalí. Esta vez en lugar de oscuridad, sus obras se basan en
la claridad y como no, el desnudo femenino es su protagonista.
Esculturas
El artista
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