En
los años 80 llegaron a la Argentina los primeros álbumes de unas
historias bastante bizarras. No era pornografía explícita pero estaba en
el límite. El asunto es que nos encantaba y sin mucho pudor, nos
pasábamos de mano en mano esas revistas ("Clic", "El perfume de lo
invisible") porque según nosotros era arte (y al arte se le permiten
muchas cosas). El autor que vendría a revolucionar al cómic erótico era
un italiano llamado Milo Manara.
Por Rubén Reveco, licenciado en Artes Plásticas
¿Cómo entender
el éxito y permanencia de Milo Manara en todo el mundo? Hoy convertido
en un venerable "adulto mayor" que sigue seducido y seduciendo. “A mis
67 años, sigo mirando chicas”, confiesa.
"El sexo es un
componente determinante de la cultura. Cuando vives plenamente tu
sexualidad, rompes con el embrutecimiento social. Y cuando dibujo
escenas eróticas no es gratuito. Creo que éso expresa una de las
dimensiones esenciales en el hombre y que es uno de los objetivos de la
aventura", explica el artista.
Veremos si es tan así. Y , sobre todo, trataremos de desentrañar la vigencia intacta de su éxito.
Creo que fueron
las primeras historia modernas en donde no echábamos de menos el color.
Era una línea limpia configurando un dibujo clásico perfecto. Más tarde
fueron coloreadas pero no por eso fueron más bellas.
Clave 1
Manara las prefiere rubias. En la mayoría de los casos las protagonistas de las
historias de Manara son mujeres jóvenes con muy pocos prejuicios y
características físicas muy definidas: hermosas, pelos largos y
enmarañados. Rubias o trigeñas, pero casi nunca de pelo negro.
Milo Manara es
italiano. Sandro Botticelli es italiano. Los dos son pintores. Los dos
son amantes de la belleza femenina y aman la naturaleza y en especial
una estación del año: la primavera.
Manara (como no
podía ser de otra manera) ama el arte de Botticelli. Ama esos rostros
angelicales y el culto que hace su colega a las flores y refleja en sus
dibujos esa devoción.
Rostros jóvenes, bellos y rodeados de florida naturaleza es una combinación que no falla.
Un día le preguntaron:
-¿Qué hace de un retrato femenino una mujer Manara?
En mis historias las mujeres tienen un papel muy activo, tienen conciencia de lo que están haciendo, y, en general, las víctimas son los personajes masculinos, cuya categoría moral es inferior a la de ellas. En lo que respecta a sus rasgos físicos, dependen de una necesidad narrativa. Cuando empiezo una historia hago un casting mental donde escojo unos modelos para que ayuden al desarrollo de la historia.
No lo confiesa; quizá no se da cuenta, pero la luz de Botticelli ilumina todo el arte de Manara.
Rostros jóvenes, bellos y rodeados de florida naturaleza es una combinación que no falla.
Un día le preguntaron:
-¿Qué hace de un retrato femenino una mujer Manara?
En mis historias las mujeres tienen un papel muy activo, tienen conciencia de lo que están haciendo, y, en general, las víctimas son los personajes masculinos, cuya categoría moral es inferior a la de ellas. En lo que respecta a sus rasgos físicos, dependen de una necesidad narrativa. Cuando empiezo una historia hago un casting mental donde escojo unos modelos para que ayuden al desarrollo de la historia.
No lo confiesa; quizá no se da cuenta, pero la luz de Botticelli ilumina todo el arte de Manara.
"El nacimiento de Venus" y de "La Primavera" (detalle) de Sandro Botticelli (1445-1510).
Pintura de Francois Boucher (1703-1770)
La imagen de dos mujeres amándose ha sido -hasta hace poco- un tema tabú en las artes plásticas. Casi siempre oculto y a la sombra. Sólo a mediados del siglo XX, los museos aceptaron pinturas de mujeres desnudas compartiendo un lecho o simplemente abrazadas besándose.
La imagen de dos mujeres amándose ha sido -hasta hace poco- un tema tabú en las artes plásticas. Casi siempre oculto y a la sombra. Sólo a mediados del siglo XX, los museos aceptaron pinturas de mujeres desnudas compartiendo un lecho o simplemente abrazadas besándose.
En
esta tercera entrega dedicada al arte de Milo Manara, haremos una breve
introducción de los antecedentes históricos en un análisis tomado de unos amigos que también se han atrevido con el tema.
En una próxima entrega veremos cómo trata el amor lésbico el gran dibujante italiano.
"El nacimiento de Venus", de George Hare (1858-1933).
Un poco de historia
La
representación de la mujer se remonta a la prehistoria. Desde que los
humanos descubrieron el poder del trazo, de la línea y del color,
comenzó el periplo de la imagen femenina, el cuerpo femenino se hizo
objeto de deseo, pero siempre bajo la mirada y la perspectiva masculina;
en ese sentido la historia del arte ha forjado la representación de la
mujer y su realidad siempre desde la masculinidad. La mujer en el arte
es una visión del hombre, su representación que es mucha, están
silenciadas por la ejecución del macho patriarcal y las pocas mujeres
que tuvieron la valentía de pintar su cuerpo y sus realidades estuvieron
atadas por los convencionalismos y directrices de un mundo hecho por el
hombre.
"La siesta",1866, de Gustavo Courbet.
La
representación de la mujer en el arte o en las obras de arte han sido
sujetas a la visión masculina y más específicamente las de las parejas
de mujeres, las lesbianas han sido representadas más para el morbo
masculino que para el placer de la mujer, obviamente se repite el ciclo
del arte hecho por el hombre, a su gusto y a su único propósito.
El amor lésbico
ha sido representado con cierta ambigüedad y da pie a invariables o
subjetivas interpretaciones, tal como es el caso de las figuras que
apelan a la mitología, como Diosas guerreras o como las imágenes de
amigas o hermanas que intimidan con purísima inocencia, no obstante
estamos frente a un velo impuesto por los pintores y sus historiadores y
en ciertos casos el puritanismo de los mismos espectadores se niegan a
ver la realidad de la obra. Muchas de las obras creadas en el
Renacimiento sobre Diosas griegas y romanas están cargadas de una fuerte
libertad sexual donde el amor lésbico es su protagonista.
"La siesta",
1865, del pintor argentino Prilidiano Pueyrredón. Representa dos
mujeres en la cama (que parecen ser la misma modelo en dos poses
diferentes) entregadas a un abandono sensual, representadas con un
realismo minucioso e impactante. Un realismo que podría pensarse
inspirado en la fotografía erótica que circulaba en estereoscopios y que
aumentaban la ilusión óptica de corporeidad de lo representado.
A partir de la
representación visual de las mujeres en el siglo XIX, el tópico de las
supuestas “amigas” concibió una gran cantidad de pinturas o dibujos de
mujeres juntas en actitudes eróticas o de ternura romántica e intima
como en los casos de los baños o toilettes y las bañistas así como otras
donde el deseo es visto desde un punto de vista masculino como voyeur y
que refleja la idea masculina y su morbosa y fantástica forma de ver a
las lesbianas, sean en parejas o en grupos.
El tema lésbico existe desde una mirada masculina diferente a la femenina, y están construidas desde el punto social del deseo aceptado por aquella sociedad imperante. Sin embargo se hace un poco más visible la existencia del lesbianismo o las lesbianas (que es tan antiguo sino remitámonos a Safo) en un mundo o una sociedad que por lo general siempre las han negado.
Obra de Paul Albert Laurens (1838-1921)
El tema lésbico existe desde una mirada masculina diferente a la femenina, y están construidas desde el punto social del deseo aceptado por aquella sociedad imperante. Sin embargo se hace un poco más visible la existencia del lesbianismo o las lesbianas (que es tan antiguo sino remitámonos a Safo) en un mundo o una sociedad que por lo general siempre las han negado.
"El beso". Representa la hermandad de Suiza y Argentina en un monumento, donde dos mujeres se besan tomadas de la mano. Se inauguró el 7 de junio de 1914. Lo que convocaba más miradas es la imagen que representaba el amor eterno de dos países, algo que hoy hasta resulta natural, pero que, en ese entonces era una verdadera osadía: dos mujeres desnudas, sentadas sobre un globo terráqueo y unidas por un beso.
En la
actualidad muchos artistas, y en especial mujeres dedicadas al arte,
han dedicado al amor lésbico su temática principal de trabajo, tal vez
como una forma de representar libremente su sexualidad, tal vez para
mostrar la belleza de ese amor que es tan fuerte en su forma genital
como espiritual, o como simple "capricho" para desobedecer y alterar lo
que por mucho tiempo ha sido motivo casi exclusivo del hombre y del
anacrónico machismo.
"Las bañistas", de Paul Albert Laurens (1838-1921).
El
arte de Milo Manara (objeto de nuestro humilde estudio) devela uno de
los aspectos más interesantes en el cómic eróticos: el amor lésbico. Ya
no serán sólo dos mujeres desnudas, una al lado de la otra (entrega
anterior), esta vez se "blanqueará" el asunto y las chicas se
acariciarán y besarán sin ningún pudor. Es decir, lo que era sumamente
privado, Manara lo convierte en algo público.
Erotismo y pornografía, ¿dónde está la línea que los separa?
Siempre he
tenido como referencia una frase de Woody Allen que dice que la
pornografía es el erotismo de los otros. No creo que exista una línea
que separe ambos elementos ya que, desde el punto de vista cultural, los
dos evolucionan en el tiempo y en el espacio. Creo que sólo podría
establecerse la diferencia en lo que respecta a la intención del autor.
Si un creador está representando las fantasías eróticas, un acto que
puede llegar a ser difícil y doloroso, y es un trabajo honesto consigo
mismo, eso es erotismo. Si sólo quiere vender diez kilos de papel es
pornografía.
Desde el inicio
de su carrera, a finales de los sesenta, ha estado vinculado
políticamente a la izquierda y ha destacado el valor social del arte.
¿Cree que el erotismo puede ser empleado como arma de cambio?
En la época en
la que yo comencé sí, pero en este momento es más difícil porque creo
que la transformación de todo en espectáculo ha acabado con el erotismo
como camino para la liberación. Mi intención siempre ha sido mostrar los
efectos sociales del erotismo, no los aspectos privados. De hecho,
nunca he dibujado a dos personas haciendo el amor.
Entonces, ¿se podría concluir que el erotismo ya no tiene cabida en una sociedad donde triunfa lo explícito?
Todavía queda un espacio para él, pero es desde el punto de vista del entretenimiento, no de la liberación de las personas.
Pero su erotismo es masculino...
Creo que hay un
erotismo femenino diferente del masculino. Yo creo que el mío es
masculino pero eso no excluye que haya mujeres que le encuentren
interés, ya sea por adaptarse al mundo de los hombres o simplemente para
entenderlo.
¿Qué busca con sus historias: entretener, revolucionar, transmitir valores...?
Hugo Pratt me
enseñó que no existe la diversión por la diversión, que detrás de la
aventura siempre hay algo de conciencia. Si cada mañana al despertar uno
repitiera una frase de Dante Alighieri en La Divina Comedia que dice
algo parecido a: "Considerad de dónde venís, no fuisteis hechos para
vivir de manera vulgar, sino para perseguir virtud y conocimiento",
cambiaría el planeta. Este mismo concepto está también expresado en el
Ulises de James Joyce, que pone una aventura en un día que es imposible
de realizar físicamente, es una aventura mental para demostrar que no
somos libres en el mundo en el que estamos.
¿Alguna vez han censurado alguna de sus obras?
Normalmente
trabajo con los editores y aplico una forma de censura preventiva para
no correr el riesgo de que retiren la publicación. La única vez que me
han censurado fue en Suráfrica, antes de Mandela, donde me prohibieron
tres libros cuando, por ejemplo, Marcuse sólo tenía prohibidos dos.
Ya sé que más de alguno pensará que se me está “pasando la mano”, pero no podía evitar hablar del tema: la masturbación femenina y cómo es reiteradamente tratada por Milo Manara. Al no ser un experto, me he ayudado con una selección de material afanado de la biblioteca de Internet. Estoy seguro que esta entrega a muchas lectoras de Resistencia Realista les servirá y comprenderán mejor que nadie porqué el gran maestro italiano lo tiene como un lev motiv. El placer (venga de donde venga) es una experiencia importante de la vida y como diría Charly: “Voy buscando el placer de estar vivo”.
Masturbación femenina: guía para ser maestra del autoplacer
Existen múltiples métodos para conseguir un orgasmo por ti misma. Se habla tan poco de la masturbación femenina que una práctica que se puede considerar íntima y natural, en las mujeres es totalmente secreta.
Se sabe tan poco de ella que muchas mujeres crecen con la sensación de ser las únicas que lo hacen, hasta que la realidad salta ante sus ojos. Es precisamente, ese aprendizaje del autoplacer en solitario y en silencio, sin referencias, lo que impide a muchas mujeres sentirse seguras de lo que están haciendo. Por eso, con frecuencia, tienen la sensación de que, quizás, podrían hacer las cosas mejor de cómo lo hacen.
Siempre es posible mejorar las cosas. Pero conviene no perder de vista que si masturbándote como lo haces ahora llegas al orgasmo sin problemas, es que no lo estás haciendo mal del todo.
Existen numerosas formas de automanipularse. Pero no hay que obsesionarse con ellas. Si te funciona lo que haces, está bien. Más aún, le va bien a la mayoría de las mujeres. El 71% de ellas le es fiel a un modo de masturbarse, pese a la variedad comentada. Y lo son de por vida, desde niñas hasta su ancianidad.
Si tienes un poco de experiencia, sabrás que la imagen trasmitida por las películas pornográficas de la masturbación femenina es falsa. Nada de introducir cosas en la vagina para simular el coito y a disfrutar. El estímulo debe dirigirse al clítoris. Si también quieres estimular la vagina con los dedos o alguna otra cosa adecuada, está bien. Es añadir sensaciones. Más aún, se sabe que al menos una de cada cuatro mujeres añaden este estímulo mientras se masturban acariciando el clítoris. Pero la vagina por sí sola llega un punto que no da más de sí.
Centrarse en el clítoris
Te centras en el clítoris. Lo estimulas, preferentemente, sobre la capucha que lo envuelve (el prepucio), para evitar irritaciones por el frotamiento. Pero también puedes intentar estimular de forma más directa el glande del clítoris. Pero eso exigirá que con frecuencia lo lubriques con tus propios fluidos vaginales o con saliva. Así evitarás las molestas rozaduras.
Aplicarás un movimiento de vaivén que permitirá que el clítoris esté permanentemente estimulado durante el acto. Con frecuencia, el movimiento puede ir de arriba abajo; a veces, de lado a lado; y otras veces describiendo pequeños círculo alrededor del clítoris. No es infrecuente hacer un poco de todo. Hay mujeres que utilizan un solo dedo en el estímulo y lo mueven con una acción rápida, como si fuera un vibrador. Es otra opción. También las hay que no colocan sus dedos sobre el clítoris, sino que sitúan este entre dos dedos, de la misma mano o de las dos. Y para estimularlo hacen unos movimientos como de tijera que se abre y cierra, o estimulan los dos lados del clítoris. Así les va bien.
Prepárate para provocarte el orgasmo tú solita.
1. Ponte a tono: es fundamental excitarte previamente y calentar todo el cuerpo. Del mismo modo que no te gusta que tu chico vaya directo al grano, en tus momentos de soledad no hagas lo mismo.
2. Pon la mano sobre la vulva como si fuera una cuchara y presiona de forma intermitente.
3. Tira hacia arriba el vello púbico para provocar que el clítoris salga de su escondite.
4. Acaricia los labios menores y para ello, deberás abrir los mayores. No te quedes solo en la superficie.
5. Alíate al lubricante: si no quieres provocar irritación, usa un poco de lubricante para que los dedos se deslicen mejor.
6. Pon en práctica las distintas formas de acariciar el clítoris. Deja volar la imaginación para entregarte al placer.
7.
Cambia de postura: existen ciertas posturas que facilitan el éxito de
la masturbación. Prueba a tumbarte boca arriba, ponte boca a bajo, de
cuatro patas, sentada, de rodillas...
8.
Busca ayuda externa como los vibradores o los chorros de agua ¿Has
probado a tener un orgasmo en la ducha? Tal como dice Raquel Traba, este
tipo de ayuda extra facilita la capacidad multiorgásmica.
9. Junta las piernas muy fuertes y contrae y relaja los músculos PC.
10. Introduce los dedos en la vagina y presiona el tejido del punto G con toques ligeros ¡Explosión de placer!
10 razones por las cuales toda mujer debe masturbarse
Aunque sigue siendo un tabú para muchas personas, tocarse resulta ser una de las prácticas sexuales más saludables que existen, otorgando beneficios desde físicos hasta psicológicos
La
masturbación femenina tiene ventajas. Esto a pesar de muchas veces ser
ignoradas por tabúes que aún prevalecen en la sociedad respecto a la
sexualidad, sobre todo a la femenina. Sin embargo, la masturbación ayuda
con beneficios corporales, psicológicos y hasta de comportamiento.
El
placer y el propio conocimiento del cuerpo, podrían ser dos grandes
razones para masturbarse, pero hay quienes necesitan mayor motivación.
Aquí te presentamos 10 razones por las que toda mujer debe masturbarse
(los hombres también).
1.
Porque deseas buen sexo. La mayoría de las mujeres se conforman con lo
que les ofrecen, pero deberían exigir lo que les gusta. Auto explorarse
es una manera de conocer cada punto de tu cuerpo, y sobre todo esos que
te dan placer. Así, la próxima vez que tengas compañía, sabrás qué es lo
que quieres y podrás pedirlo, haciendo del acto todo un logro de
placer.
2. Para
ser sexualmente decisiva. No sólo vas a conocerte para decirles a
otros, lo harás para decirte a ti misma y darte cuenta de lo que te
gusta y de lo que puedes hacer sin la necesidad de una pareja.
3.
Por salud. ¿Sabías que las mujeres que se masturban tienen mejor salud
genital? Esto de acuerdo con un estudio realizado en 2009 por la
Universidad de Indiana, donde se dieron cuenta de que quienes tienen el
hábito de masturbarse, son más conscientes de la salud sexual, por lo
que se cuidan. Piénsalo… ¿sabes qué requerimientos sanitarios tiene usar
un consolador? ¡¿No?! Pregúntale a tu médico.
4.
Para dormir mejor. La liberación de endorfinas, producto de la
satisfacción del orgasmo, ayuda a dormir tranquilamente. ¿Por qué crees
que a los hombres les gusta dormir después del sexo y no platicar?
5.
Porque es sexo seguro. Si no tienes una pareja estable y no se te da
eso del sexo casual, lo mejor es establecer una relación sexual contigo
misma, así no te arriesgas a contraer enfermedades venéreas ni tienes
aventuras que puedan resultar desastrosas.
6.
Porque alivia el dolor. La masturbación alivia los dolores menstruales.
Sí, muchas lo practican mientras están en sus días porque les ayuda a
desinflamar y así evitar las molestias.
7. Porque le dices adiós al estrés. Una de las mejores formas de relajarse es por medio de la masturbación.
8. Porque
hace menos intensa la soledad. Aunque no lo creas, muchas mujeres que
en este momento no tienen una relación sentimental, se sienten menos
solas cuando cubren por lo menos este aspecto.
9.
Para llegar al orgasmo. Porque el anhelado orgasmo femenino es mucho
más fácil de alcanzar cuando las mujeres se han tocado a sí mismas, pues
conocen las áreas indicadas que se deben tocar.
10.
Porque sí. Porque las mujeres que se masturban están más satisfechas y
son más activas sexualmente. Porque es placer y nadie se niega a los
momentos de goce.
Texto Ángeles Pino
“He buscado
que el erotismo, que está tan presente en la vida, lo estuviera también
en un tanto por ciento similar en el cómic” (Manara)
Terminamos
con este poco pretencioso estudio sobre la obra de uno de los
dibujantes de cómic más importantes de los últimos años. Quedaron muchas
cosas en el tintero: la trama, guión y argumento de las historias (para
otra vez será). Ahora sólo ofrecemos una linda selección de imágenes y
textos sobre el siempreterno conflicto entre los admiradores y
detractores.
Como lo
precisa el periodista Jacinto Antón, “en un mundo en el que todo se
muestra y en el que el sexo se reduce a lo físico, el cómic tiene un
lugar diferencial preciso porque el dibujo se dirige al cerebro y a la
fantasía”.
¿Erotismo o pornografía? esa es la cuestión.
A FAVOR:
Nunca he
soportado como dibujaba las narices de sus diosas de piernas largas. Me
recordaban demasiado a las de Corto Maltés que tampoco me gustaban nada.
Durante mi
pre-pubertad ya había visto mucho material erótico y pornográfico sin
que mis mayores se diesen, aparentemente, por enterados. Intervíu, MAN,
Lib, Víbora… revistas que caían en mis manos en una peluquería, en la
habitación para invitados de la casa de unos conocidos, en la cabina de
un camión (sí, durante mi infancia había cabinas de camiones en escena),
en el cuarto del hermano mayor de un amigo, en la mochila del macho
alfa del colegio… Información distorsionada por mi corto entendimiento y
la fantasía editorial. Pero qué narices, servía perfectamente para
maleducar notablemente mis artes masturbatorias.
Sin embargo, mi
percepción del erotismo cambió dando un giro de ciento ochenta grados
cuando vi por primera vez un cómic de Milo Manara. El Perfume del
invisible.
Sentí que eso ya era un erotismo de nivel superior, incluso con mi, todavía, corto entendimiento.
Esas mujeres
extremadamente eróticas, con piernas interminables y cabello rizado,
cara pecosa y pechos perfectos hasta que se abrían de piernas, cerraban
los ojos de pestañas interminables y abrían sus bocas carnosamente
lascivas. Entonces el erotismo pasaba a un nuevo nivel.
No llegaba del todo a ser pornografía. Era alto erotismo con estilo. Con clase.
Manara
relata que él dibuja para sí, en base a sus propios gustos y no tanto en
lo que el público requiera, aunque este suele coincidir con sus gustos.
“Me limito a hacer historias que me interesan a mí, que son divertidas
para mí. Que otros coincidan en encontrarlas interesantes y divertidas
ha sido una suerte”.
EN CONTRA:
Dicese de la
conducta caracterizada por la contemplación de personas desnudas o
realizando algún tipo de actividad sexual con el objetivo de conseguir
una excitación sexual (delectación voyeurista). La actividad del
voyeurista no implica ninguna actividad sexual posterior.
También llamado
mirón o brechero, no interactúa directamente con el sujeto observado,
quien permanece casi siempre ajeno a dicha observación.
El voyeur suele
observar la situación desde lejos, bien mirando por una cerradura, por
un resquicio, o utilizando medios técnicos como un espejo, una cámara,
etc. La masturbación acompaña, a menudo, al acto voyeurista. El riesgo
de ser descubierto actúa, a menudo, como un potenciador de la
excitación.
Este tipo de
publicación es porno-grafía, no erotismo. Si confundimos ésto, caemos en
el juego de dejar que despierten en nosotros monstruos que por
desgracia existen en nuestras mentes. Dicen que el cáncer todos lo
tenemos en potencia,a veces la mala suerte hace que se desencadene el
proceso que nos acaba matando.
Quien se deleita con este tipo de publicaciones, creo sinceramente que es impotente, voayeur y machista.
Manara, más
que hablar, dicta sentencias sobre su pasión. Él, con la maestría que lo
caracteriza, ha plasmado la anatomía femenina como pocos artistas del
género. “¿Hay algo adolescente en esa obsesión por la mujer como icono
erótico, una curiosidad?”, le preguntan. “Ya no es curiosidad (…) es
admiración. Pero tiene la misma emoción”. Él considera que, por más que
se esfuerce, no consigue captar 100% a la mujer. “No llego jamás a dar
todo el misterio, la esencia de la mujer, falta el calor, por ejemplo, y
el perfume”, dice el hombre que considera la mirada femenina como lo
más complicado de plasmar en un papel.
Incapaz
confeso de usar la computadora para dibujar, pero respetuoso de la
calidad artística que logran algunos colegas suyos en sus trabajos con
ese medio, Manara opina del cambio de valoración que adquirió la
historieta en los últimos años. "A diferencia de lo que se consideraba
hace tiempo, que se veía a la historieta como un producto para niños o
para adolescentes medio tontos, actualmente está ocupando un lugar que
lo acerca a la literatura.
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