lunes, 13 de mayo de 2019

Hay algunas artistas un poco loquitas: Olivia Kemp


El arte cuando es maravilloso debe crear en el espectador esa sensación de que el nunca (por más que se esfuerce) podría lograr lo que está ante sus ojos. Así es el arte de Olivia Kemp, una joven ilustradora que por obsesiva pareciera estar a punto de perder la razón.


Los dibujos de la británica Olivia Kemp son increíblemente detallados, representan paisajes míticos construidos a partir de fotografías, bocetos de observación y sus propios recuerdos de lugares conocidos. Renuncia a cualquier color, la artista se centra en los ricos detalles y texturas que puede lograr usando líneas.
Los dibujos son fruto de un entusiasmo que roza la obsesión. Toman la idea de un lugar romántico o idealizado y lo llevan más allá de cualquier geografía natural o sentido de la proporción. Si bien sus dibujos más pequeños son íntimos y precisos, sus obras grandes parecen infinitas y complejas en extremo, repletas de una gran cantidad de pequeños detalles que se centran en cada momento, pero se integran en escenas sin ningún punto focal ni respiro. La mayoría son de lugares que Olivia ha conocido pero que luego se convierte en algo 'otro' a través de los procesos de recordar y dibujar. Es la memoria en acción, un apego a un lugar físico disparado por la imaginación: específico y particular, al mismo tiempo extenso y continuo.

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