viernes, 5 de septiembre de 2014

Es muy feo el perro del Museo de Guggenheim, de Bilbao


Cuando estuve por primera vez en Bilbao, España, hace varios años, una visita obligada fue al Museo Guggenheim. Me impresionó la arquitectura de vanguardia desplegada en contraste con una ciudad bastante antigua.

 Por Rubén Reveco, licenciado en Artes Plásticas

Lo kitsch, lo vulgar y lo moderno


Su fachada parecía una nave espacial extraterrestre (suponiendo de que sean así) y me sorprendió, también, lo poco funcional que son los museos modernos cuando se tratan de exhibir obras de artes. Es fácil perderse y después de dar vueltas por diferentes pisos y galerías descubres con sorpresa de que estás en el mismo lugar. Y tienes que empezar de nuevo...
Pero son dos las cosas que recuerdo en espacial. 1) El haber estado frente de una gran tela en blanco, cuyo título era "Blanco sobre blanco" (nada para ver) y 2) a Puppy (obra de Jeff Koons), ese horrible perro hecho de flores que está a la entrada del hipermoderno museo (mejor sería no verlo).
Con los años fui comprendiendo que lo contemporáneo en el arte cada vez se parece más a lo vulgar y a lo kitsch (mal gusto) y que existe una lógica y correspondencia: Sin forma, vaciaron al arte de contenido. Lo han logrado en plenitud.


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