domingo, 13 de julio de 2014

Manual del artista hipermoderno

Si le gusta esta imagen debe obviar el primer artículo de este manual.

Si algo hemos aprendido de las demagogias con aspiraciones totalitarias (y en Latinoamérica hay muchas) es que no basta con tener argumentos considerados sólidos, se debe tener un enemigo.
Desde este blog no pretendemos tener “enemigos que destruir” e implantar un discurso hegemónico con respecto al arte. Pero desde que en el siglo XIX se inventaron los concursos y salones de arte, el debate sobre los estilos ha sido consustancial a la esencia misma del arte. Y si queremos comprender la situación actual de las artes visuales y porqué el Estado promueve, gasta y difunde diferentes “proyectos” que se dicen ser expresiones artísticas de vanguardia, debemos conocer al menos quienes son y qué piensan los que quieren hacer arte sin ser artistas.
En este arduo camino que es la comprensión, hemos recurrido a un texto muy lúcido (e irónico) escrito por Carlos Genaro Matus (y publicado por los amigos de MAReA). Lo resumimos y reacomodamos para este blog que no resiste exposiciones muy extensas. Aun así, ofrecemos un enlace para leerlo en su totalidad.


1) Evite todo contacto con los materiales artísticos

Esta primera indicación técnica  parece absurda,  pero no lo es. Nada más contraproducente para un artista hiper-moderno, que el uso  de trementina, aceite de linaza, lienzo,  pinceles, lápices y todo lo que recuerde el ya superado asunto de la pintura y la escultura de los siglos pasados, incluida  la post-modernidad.
En su lugar adopte soluciones técnicas como el dibujo con hilos cosidos, grapas, puntillas, tachuelas, excremento de insectos, de animales en general o el suyo propio en particular, cabello humano, fragmentos de goma de borrar, el ya clásico lodo, el dibujo con arena, café o Coca–Cola y por supuesto, toda técnica fotográfica y registro obtenido por este medio, que es hoy, fácilmente aceptado como dibujo con el adecuado argumento conceptual.

2) Toma de conciencia

Tome plena consciencia e incluso, adopte la estrategia de la autosugestión, para reafirmar su importancia social. No olvide que usted es un “artista”, es decir, un profesional con rango de sacerdote o gurú, y la enorme tarea de iluminar la mente de la mayor parte de la población mundial, que ignora por desafortunadas y diversas razones la existencia del arte moderno y, lo que es peor aún, del hiper-moderno. Siempre que le sea posible, no dude en hacer ver a su interlocutor la absurda situación que supone vivir sin saber nada acerca del arte moderno y aunque tenga que admitir que usted “no pinta” (ni dibuja, ni esculpe, etc., etc.), es heredero directo y por derecho propio, de toda la tradición artística de occidente.
Adopte una actitud distante y simule ser condescendiente. No lo olvide. Usted es artista, no es pintor, ni nada por el estilo. Su función es pensar, no producir objetos artísticos para el consumo burgués. Bueno, por lo menos no en el sentido tradicional de “objeto artístico”.

3) Arte para todos

No pierda de vista que el arte no es un fenómeno masivo sino una actividad de especialistas. Si le dijeron lo contrario en la escuela de arte es porque todavía no convenía que lo supiera. De hecho lo que más le deben haber recalcado es que el objetivo verdadero del arte es llegarle al gran público, transformar al ser humano común, luchar por la libertad y la igualdad, en fin. No se sorprenda si le decimos que esa es sólo una vieja maniobra de distracción.  

4) Algunos burgueses son buenos

Los burgueses millonarios que patrocinaron y siguen patrocinando el arte contemporáneo, son “buenos”. Sí, así de sencillo. Son sensibles a todo lo humano y quieren ayudar a los artistas a cambiar el orden social. La prueba de su buena voluntad está en que hay museos de arte moderno, fundaciones e instituciones en todo el mundo, patrocinadas incluso por bancos (¡Quién lo creyera! ¡Bancos!) y toda una fraternidad de historiadores, críticos y curadores encargada de defender con todos los medios de comunicación a su alcance, esta labor altruista.
De modo que puede estar tranquilo. La historia está de su lado. Usted cuenta con un gran respaldo porque el arte moderno es  la academia actual y está avalada por todas las instituciones y los ministerios de la cultura de los países del mundo.
Nuestra academia es totalmente política y obedece a las necesidades del Estado. De hecho, es de allí, de donde provienen los recursos y la infraestructura en la que nos apoyamos. Ante todo hay que saber generar proyectos que ataquen aparentemente esta estructura, para poder salvaguardar la imagen  tradicional (es la única tradición imprescindible aquí), de rebeldes y adalides de la libertad en las sociedades contemporáneas.

5) Ser o no ser

Para el verdadero artista hiper-moderno, ser significa estar. En otras palabras, asegúrese de asistir a todas las inauguraciones o eventos artísticos y políticos que su tiempo le permita. No exagero al afirmar que esto no es un simple consejo profesional, sino la esencia misma del arte hiper-moderno.Tal y como lo dijimos al comenzar este manual, no pierda su tiempo “en el taller”, como lo hacían los artistas pre-modernos e incluso, los post-modernos. El taller no existe para el auténtico seguidor de los preceptos del arte actual.
Le sorprendería saber cuántas cosas esenciales se mueven en medio de la frivolidad de la mayoría de estos espacios. Sea  frívolo  si es necesario porque allí está la posibilidad de aproximarse a los más interesantes personajes del mundo artístico. Aprenda a ser snob, que es la forma más sofisticada de frivolidad, sin olvidar que el esnobismo en el arte no es el mismo esnobismo de la farándula. 

5) Círculo de amigos

No hay posibilidades de que funcione alguna de las técnicas de tetradimensionalidad social, sin la creación de lo que he llamado un círculo de amigos. El más importante de sus miembros debe ser un curador o en su defecto, un crítico de arte. De su gestión depende en gran medida el éxito del artista hiper-moderno, pero lo más importante es que este último se deje orientar por él sin reparos. De hecho un buen artista hiper-moderno es en realidad un instrumento del curador o el crítico. Existe  por supuesto la figura de artista-curador, pero este manual se ocupa más del artista puro, no necesariamente con aspiraciones de curador.
Todo artista y curador que aspire a los más altos reconocimientos sociales y materiales en el mundo del arte , debería tener un fuerte vínculo con la docencia. Es allí , frente a jóvenes mentes fácilmente impresionables en donde puede experimentar todas las teorías y “proyectos “ que han de convertirse  en la muestra viva de su prestigio como maestro – creador.

6) Ser o parecer

Hay ciertas reglas básicas (para parecer):
- No demuestre efusividad alguna en las entrevistas, ni al conversar sobre su trabajo artístico o el de los demás.
- No ría o sonría demasiado en público.
- Cite siempre y si las circunstancias lo permiten a autores como Derrida, Foucault, Danto, y otros similares, como parte de su argumentación intelectual.
- Utilice la palabra “proyecto” para referirse a todo lo que esté haciendo.
- Hable siempre de sus viajes.
- No discuta con pintores.
- No hable con desconocidos hasta tanto no se dirijan a usted.


Arte arte

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