sábado, 30 de julio de 2016

ARGENTINA: 10 pintores realistas


Argentina es una gran reserva de arte realista. A pesar del anti-arte (Performance, conceptualismo, instalaciones, etc.) establecido como ley por el oficialismo institucional, los artistas argentinos han vuelto no sólo a pintar, sino que han vuelto al arte realista. Estudian, preguntan de taller en taller, se intercambian información, investigan en Internet preocupados por conocer y estudiar el oficio, la factura y la permanencia en el tiempo de la obra de arte como fiel testimonio de su época.

Como ya lo hemos explicado, para esta selección no es necesario que estén radicados en su país de origen, pero sí que aun conserven su nacionalidad y estén vivos. Sepan disculparme los que han quedado afuera de esta arbitraria selección (en algunos casos por ser muy jóvenes y en otros por tener poca obra). Todos -los que están y varios que quedaron afuera- son excelentes artistas.

Por Rubén Reveco. Licenciado en Artes Plásticas

1) Helmut Ditsch

Helmut Ditsch (Villa Ballester, Buenos Aires, 1962) es un artista plástico argentino contemporáneo. Sus obras se inspiran en puntos extremos de la naturaleza y son elaboradas sobre lienzos que alcanzan dimensiones monumentales.
Es uno de los más importantes artistas independientes del mundo.




Helmut Ditsch tiene una postura muy definida en el escenario de las artes plásticas. Le tocó sentirse totalmente excluido del actual círculo de poder integrado por galeristas, críticos, curadores, periodistas y seudo-artistas. Círculo que ha degradado el talento y el trabajo de muchos pintores que siguen eligiendo al realismo para desplegar sus capacidades expresivas.
Helmut Ditsch tiene sus convicciones que, por supuesto, se pueden compartir o no, pero lo que conmueve y habla por sí solo -sin necesidad de explicaciones- es su obra. Este pintor posee una técnica impecable y reivindica en sus cuadros la vida, la felicidad, la creación y lo hace con una entrega absoluta. Para aproximarse a los grandes interrogantes del ser humano, contempla las manifestaciones presentes en la naturaleza. Ahí mismo, entre los mares, los glaciares y los desiertos la vida se muestra como instinto espontáneo, como fuerza enfrentada a otras fuerzas, en un proceso donde nada permanece estable.
“El triunfo de la pintura” es, sin dudas, el triunfo de la belleza. (Fuente)


2) Jaimes Roy

Exponente clave del realismo en la Argentina, Jaimes Roy reivindica la naturaleza muerta a través de una obra elegante y de impecable factura. “Busco dentro de la pintura mis ideales, lo hago a través del arte realista; y la pasión que siento es lo que me mantiene en este camino”, expresa.


Impactado desde chico por el grado de realismo de los paisajes y bodegones de Miguel Pons Tous, Jaimes Roy con catorce años fue alumno del maestro español -radicado en tierras cordobesas- y en su taller logró pulir su técnica.
El cordobés trabaja con modelo y cuando es necesario con foto. Sabe disponer de manera específica y bajo determinadas condiciones de luz los objetos inanimados que elige al representar.
Encuentra belleza en las frutas, las flores, los paños, los jarrones y las joyas, y esos son los elementos a los que recurre para transformar en objeto pictórico, para reivindicar y eternizar. Las atmósferas que consigue a través de sus naturalezas muertas son finas, delicadas, reinan los blancos y los colores cálidos.
Su obra nos permite hacer una breve referencia al renacimiento de la "naturaleza muerta”. Se trata de toda una rama dentro de la pintura que fue furor en el arte occidental del siglo XVII y XVIII -y quedaron obras magistrales de ese período-. (Fuente)


3) Oscar Correa

El arte animalista siempre me ha maravillado. Me recuerda a los primeros artistas de Altamira y Lascaux y la fascinación y temor que sentían por los animales que los rodeaban. Hoy la fascinación sigue siendo la misma, pero el temor se ha transformado en amor; amor por la naturaleza.



Oscar Correa es un artista plástico nacido en 1941 en Rosario, Provincia. de Santa Fe, Argentina. Entre otros estudios cuenta con los realizados en la Escuela Nacional de Artes Visuales Manuel Belgrano.
Como muchos, Correa inició su vocación artística a muy temprana edad. Sus primeros trabajos como Ilustrador fueron publicados cuando apenas contaba con 17 años, en el suplemento dominical del desaparecido pero no menos importante diario "El Mundo".
Su actividad se desarrolló principalmente como dibujante y Jefe de Arte en la mayoría de los más importantes medios gráficos de su país.
La pintura de la naturaleza siempre había ocupado cada uno de sus momentos libres, hasta que en el año 1973 tomó la decisión de elegir ésta variante del arte como medio de expresión. Europa fue su primer destino. Apenas llegado a España comenzó a pintar los exponentes más conocidos de la fauna ibérica. Para algunos trabajos recibió asesoramiento de Felix Rodriguez de la Fuente, uno de los mayores conocedores de la fauna del viejo continente.
En este período Oscar realizó trabajos exclusivos para la nobleza española. Imprimió láminas de tirada limitada y algunos de sus originales fueron publicados por numerosas editoriales dedicadas a los libros.
Como escultor realizó también trabajos sobre temas relacionados con la fauna. El conde Louis de Neuville, presidente de la Asociación Internacional de criadores de Limousin, propuso en París, a partir de 1992, premiar a los campeones de la raza con esculturas de plata y bronce de éste toro, obra que terminó siendo uno de sus más reconocidos trabajos.
Actualmente reside en Buenos Aires, realizando obras al óleo y acrílico que son expuestas principalmente en galerías, aunque también realiza muestras privadas en distintos puntos del interior del país y ejerce la docencia en las especialidades de dibujo y pintura. (Fuente)


4) Alejandro Rosemberg

El pintor Alejandro Rosemberg se refirió, en esta entrevista, al escenario actual de las artes plásticas y el lugar que ocupa la belleza. Interpelador y agudo, el artista cordobés indaga sobre el concepto de “arte contemporáneo”. Su testimonio es una clara defensa del oficio como valor intrínseco de la obra de arte.




Alejandro Rosemberg es uno de los pintores más personales y vibrantes de nuestro país. Su propuesta pictórica es simple y contundente: trabaja el realismo; y con su obra la excusa de la realidad se transforma en un lugar plagado de belleza.
El artista, de gran dominio técnico, nació en Córdoba hace treinta tres años y se radicó en la ciudad de Buenos Aires hace siete. En su provincia natal obtuvo la licenciatura en artes y más tarde continuo sus estudios de pintura clásica basada en la gran tradición italiana con el maestro Claudio Bogino.
En sus telas se destacan las series de figuras con paños de color sobre sillones y sus dibujos de retratos en tonos anaranjados.
Alejandro Rosemberg alimenta una fe inquebrantable en el poder de la pintura y su obra crece como una gran verdad. “La pintura nunca se fue”, dice el artista que en su trabajo concentra lo más potente del realismo.
En esta entrevista exclusiva el pintor su refirió, primero, a su obra y los temas que representa; y en segundo lugar -a partir del actual panorama en el que reinan múltiples tendencias estilísticas- se animó a escarbar en los aspectos más sensibles y espinosos del circuito del arte.
Es que ser pintor no sólo es agarrar los pinceles, sino también, tener una postura crítica frente a los sucesos que acontecen y nos atraviesan, e implica pensar sobre el mundo en que se vive.
Nos preguntamos junto a él: ¿Por qué se insiste en hablar de “democratización” en el arte del nuevo milenio, si la inmensa mayoría de pintores que siguen apostando por el realismo no integran el grupo de “artistas contemporáneos”?
¿Qué tan contemporáneos son los contemporáneos del siglo XXI si sus propuestas de ruptura o “vanguardia” son las mismas de hace cien años atrás? (Fuente)


5) Miguel Ángel Avataneo

El pintor santafesino Miguel Ángel Avataneo habló sobre sus inicios, su rol como docente y su obra. Se refirió, además, al caso atípico de la provincia de Córdoba, lugar en el que está radicado y cuna de una nueva generación de pintores realistas.


Elegante, sutil y refinada; así es la pintura del talentoso artista santafesino Miguel Ángel Avataneo (1962), radicado en Córdoba desde hace más de treinta años.
Se trata de un pintor fiel a la línea y al dibujo, que se expresa con equilibrio y serenidad. Inspirado en los patrones del arte y el pensamiento del mundo clásico, Avataneo es un exponente clave del realismo contemporáneo, dueño de una cuidadosa composición, tan sensual como sugerente.
El artista representa a la mujer y el desnudo femenino en búsqueda de un ideal de belleza y a través de la grandeza de las formas. Sus modelos mantienen siempre una actitud de permanente contemplación y relajo.
“Recuerdo mi primera clase de pintura y dibujo -relata Avataneo-. Fue en mi pueblo… San Cristóbal, al norte de la Provincia de Santa Fe. Tenía cinco años y mi maestra fue Nelva Soza, todavía la veo; estuve con ella hasta los trece o catorce años.
El primer dibujo que hice fue un conejo, a lápiz de color -creo que mi mamá lo tiene todavía, cuando vaya para allá lo voy a buscar-“, y agrega: “Luego hice la primaria y la secundaria, siempre dibujando y pintando. Ya cuando tuve que elegir qué estudiar, me decidí por bioquímica, carrera que no prosperó y al año me fui a Córdoba a estudiar la licenciatura en pintura”.
Su obra ha recorrido museos y galerías del mundo, posicionándose con éxito en el mercado internacional del arte, sin cortar raíces con su ciudad natal: “A San Cristóbal sigo yendo todos los meses; allá está toda mi familia: mis papas, mi hermano y mis sobrinos ¡que son siete! Y bueno, es mi lugar en el mundo.
Todos están orgullosos de lo que logré, pero me gusta sentirme lo que soy, un vecino más. Me gusta salir a caminar y encontrarme con la gente que conozco de tantos años, si me preguntás de algún lugar donde me gustaría vivir cuando sea viejito, elijo San Cristóbal”. (Fuente)


6) Mauro Cano

Mauro Cano es uno de los pintores jóvenes más renombrados de Argentina. La técnica elegida se relaciona directamente con lo que él mismo reseña cuando dice que sus trabajos “tienen que ver con la búsqueda incansable de la trascendencia, los seres queridos que se han ido, los espacios vacíos y abandonados. Ecos de nuestras voces pasadas, silencios colmados de gritos mudos y la belleza deteriorada por el tiempo”.



Nació en 1978 y pinta "desde siempre" o desde que tiene memoria, como el mismo aclara. Además de dar clases de dibujo en su atelier de Godoy Cruz, en la provincia de Mendoza. En la nota, se refiere a sus trabajos más recientes.
Se trata de cinco pinturas de diferentes formatos y que significa "un nuevo trayecto", según explica. "Siento que no sólo mis manos sino también mi cabeza, han cambiado, así que hacia allá voy".
Mauro Cano eligió una pintura suya para ilustrar esta entrevista. Se trata de "Placeres II", del 2013. Forma parte de una serie que remite a situaciones sencillas con las que palpamos una libertad ingenua y lúdica. La libertad que supone comerse una sandía y mancharse entero, sin miedo al reproche ni al castigo.
Además seleccionó una obra clásica que siempre le ha causado admiración, para compartir con los lectores parte de su universo como eterno visionario y amante de la pintura. ¿Qué obra de arte ama un pintor? El se quedó con "Las Meninas" de Diego Velázquez. "Era una adelantado a su época", dice del artista español. Los detalles de esta pintura del 1656 permiten descubrir vestigios impresionistas 200 años antes que surgiera el movimiento.
Pintar lo que vemos es un homenaje a la vida misma. Ser un pintor realista es algo mágico, como mágica fue la experiencia de aquellos primeros pintores rupestres en las cuevas de Altamira, hace 25 mil años.
Es así como la obra de estos artistas se ha reinventado de mil formas pero siempre con un solo horizonte: el ser humano y su entorno. También la obra de Mauro Cano es testimonio de la realidad. Es parte de una nueva generación de artistas realistas que está enfrentada -sin proponérselo- a la pintura abstracta, la que ha reinado durante los últimos cien años.
El tiempo dirá hasta dónde llegarán con esta nueva aventura estilística. Lo cierto es que ellos van al encuentro de un espectador que por muchos años se había alejado de la pintura.
Es el arte de lo real y posible, pero también es el encuentro con la magia de lo imposible. (Fuente)

7) Diego Gravinesse

Diego Gravinese nació en La Plata, Buenos Aires, Argentina en el año 1971. Ingresa a la Escuela Superior Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredon, abandono la escuela en dos oportunidades, en la segunda conoce a Leandro Erlich y Ana Eckell, una persona decisiva en su vida como artista, influye en sus sus primeros acrílicos en formato grande.


A los 21 años hace su primera exposición individual con la obra “Mi primer Sopena” en el Espacio Giesso. La galería Ruth Benzacar le propone trabajar con ellos y al año siguiente (1993) muestra su “Herencia” en el Casal de Catalunya. Le seguirán “Everyone needs a Madonna” (1994) en el ICI, y una nueva exposición en 1995 en la fundación Banco Patricios. Recibe numerosos premios y exhibe en muchas muestras colectivas. Su obra continúa mostrándose a través de todo el mundo, Buenos Aires, Nueva York (donde se instalará una temporada), Chicago, Los Ángeles, Milán, Madrid, Paris, San Pablo, Porto Alegre, Lisboa, Amsterdam, Berlín, Praga y Barcelona, entre otras ciudades. Expone en museos, galerías, hoteles y casas. Su cerveza favorita es Little Creatures y le gusta el asado de tanto en tanto. (Fuente)


8) Ricardo Celma

Ricardo Celma, nace en Buenos Aires en 1975, su vocación artística surge inmediatamente, así a los 5 años ya concurría a un taller de plástica, y lo hizo ininterrumpidamente por 20 años.


La obra de Ricardo Celma la podemos englobar dentro de la pintura hiperrealista que el trabaja con óleo sobre lienzo o madera y de dimensiones bastante grandes. Sus cuadros nos invitan a adentrarnos en un mundo que se mueve entre lo místico y lo carnal. Hay cierta religiosidad fundida con un entorno erótico que nos transporta a un mundo bello e inquietante a la vez. Ricardo juega con elementos clásicos y contemporáneos introduciéndonos en una dimensión donde se difuminan las fronteras que consciente e inconscientemente va creando. También destaca la luz en sus obras incluso cuando estas se encuentran sumidas en pasajes oscuros.

"Quizás es cierto y tengan razón los críticos y puede que los pintores solo seamos sombras de un arte ya muerto, pero mientras sienta esa necesidad de agarrar un pincel y olvidarme del mundo, sus problemas y sus miedos y solamente hundirme en pensamientos que se transforman en colores e imágenes, voy a seguir disfrutando , pintando tanto, antes del fin…” (Ricardo Celma)


9) Alicia Carletti

Alicia Carletti (1946, San Isidro, Provincia de Buenos Aires, Argentina) es una pintora y grabadora argentina. Alineada con el realismo mágico, su obra retratando adolescentes, jardines y las fabulaciones de la niñez acusa una impronta altamente personal. Ha ilustrado Alicia en el país de las maravillas.
Egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón de Buenos Aires en 1969, ha expuesto en galerías de Buenos Aires, Santa Fe, Nuevo México y Nueva York. Obras en museos y colecciones privadas internacionales y de Argentina.



Mágica, fantástica, y seductora, la pintura de Alicia Carletti, como aquellos cuentos que nos leían en la infancia, tiene la virtud de encantar e inquietar al contemplador. "Alicia en el País de las Maravillas" fue su libro de cabecera y sin duda, la mágia de Lewis Carroll, surge con nueva y personal expresión en la obra de Alicia Carletti.
De chica no imaginaba que sería pintora, aunque siempre tenía a mano su caja de colores y disfrutaba ilustrando sus libros de cuentos. Su familia amaba la música y Alicia, que tocaba bien la guitarra, pensaba ser concertista o bailairna.
Fue al terminar la escuela primaria que descubrió su vocación y decidió estudiar Bellas Artes. Para ese entonces, guiada por una vecina, se había familiarizado con óleos y pinceles; pero debió acceder a la voluntad de sus padres e ingresar a un colegio religioso, donde pronto se destacó por cubrir los pizarrones con magníficos dibujos y por "volver locas a las monjas".
Gracias a su tozudez, dos años más tarde ingresa a una Escuela de Artes Visuales y luego a la Escuela Nacional Prilidiano Pueyrredón. Al egresar, se presentó en un certamen de pintura de San Isidro y, para su sorpresa, pues competía con artistas consagrados, obtuvo el Primer Premio. (Fuente)



10) Aldo Chiappe 

Nació en Buenos Aires, Argentina, en 1962 y desde pequeño sintió el impulso de dibujar la naturaleza que lo rodeaba. Su formación artística es básicamente autodidacta.
Luego de terminar sus estudios secundarios y tras algunos trabajos preliminares, recibió de Fundación Vida Silvestre Argentina el importante encargo de ilustrar una serie de láminas mostrando la flora y fauna de los principales ecosistemas de Argentina.



Estas láminas fueron difundidas ampliamente por el país, lo cual propició una amplia difusión a su incipiente carrera profesional.
A partir de allí comenzaron a sucederse colaboraciones para importantes editoriales, libros, publicaciones periódicas, etc., siempre relacionados con la vida silvestre y su conservación.
Su profesión le permitió ilustrar las más diversas especies animales e incursionar en temas como la ecología, botánica, etnografía, arqueología, paleontología, etc., e incluso en la ficción, ilustrando cuentos y leyendas populares de su región.
Muchas de sus obras han formado parte de programas de difusión de la problemática ambiental y para recaudar fondos para proyectos de conservación.
Algunas de sus ilustraciones realizadas para el diario El Clarín, de Buenos Aires han recibido premios internacionales (Society of Publication Designers, The Society for News Design, etc.)
Al mismo tiempo ha desarrollado una carrera como artista plástico.
Desde 1992 ha realizado diversas exposiciones de sus obras. (Fuente)

“El chasque de Patagones” acrílico sobre lienzo 84 x 46 cm. 
"Esta pintura fue inspirada en algunos relatos del ingeniero francés Alfredo Ebelot, (que muchos conocerán) que recorrió las pampas en los años setenta del siglo XIX, trabajando en diversas tareas al ser vicio del gobierno argentino. 
Algunos de esos relatos, donde cuenta andanzas (a veces trágicas) sobre gauchos que prestaban servicios de chasque entre Bahía Blanca y Carmen de Patagones me inspiraron a representar mi versión de un chasque de esa línea, a todo galope llevando la correspondencia.
La escena está situada en algún lugar del camino a Patagones, y muestra un ambiente ecotonal entre la región del caldenar y el monte. En algún lugar de ese camino debió hallarse el “árbol del gualicho” mencionado por varios autores, al que le rendían culto los habitantes originarios de esa región, que sin dudas fue un centenario y solitario calden. Siempre me pregunto que habrá sido de el. Pero eso será motivo para otra pintura tal vez…
Quiero agradecer especialmente a dos personas, profundos conocedores de nuestras cosas criollas, a quienes recurrí en busca de asesoramiento, Don Armando Deferrari y Don Jorge Antonio Marí, quienes me brindaron generosamente sus conocimientos. A ellos y su sapiencia debe atribuirse cualquier acierto. Lo demás… es responsabilidad mía". (Fuente)


Próxima entrega 30 de agosto
CHILE

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