Atar está de moda en ciertas manifestaciones culturales. Una pizca de amor a la esclavitud y crueldad, otra de sadomasoquismo, que tanto nos gusta, (¡confiensen!) más una buena propuesta estética como la del fotógrafo Andrey Samartsev ayuda a que el dolor y abuso sexual también puedan entenderse como temática en el arte.
El fotógrafo
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